El desarrollo de competencias y
habilidades específicas para la realización de algún trabajo o actividad, como
una licenciatura, son necesarias para una eficaz y eficiente praxis de la
misma; pero en el que hacer educativo es, mayormente, indispensable. El poder desarrollar las competencias
inmersas en el perfil de egreso, es directamente proporcional a la construcción
de las del alumno, puesto que depende de nosotros como docentes e impartidores
de conocimiento el aplicarlas para proporcionar la enseñanza y lograr los
objetivos del sistema educativo.
Durante
este ejercicio, pudimos hacer una comparación a grandes rasgos de nuestro
perfil como docentes, y el del alumno de secundaria, para analizar las
diferencias y similitudes entre ellos, identificar su relación , proponer
soluciones y delimitar metas para mejorar esta situación.
Los
rasgos que comparamos tienen que ver con competencias y habilidades en común
para ambos casos, como la comprensión lectora, la comunicación oral y escrita,
toma de decisiones, resolución de problemas, etc. De acuerdo a la elaboración
de las gráficas, mi perfil es de: 8.5, 6.6, 7.5, 9.3 y 9.1 de promedio en cada
una de los 5 rasgos que se calificaron; y el del alumno es de: 7.5, 6.5, 6.9,
7.6 y 8 en los 5 rasgos equivalentes (Figura 1.0). ¿Qué significa esto?, ¿Es bueno o malo?,
todas estas preguntas se vinieron a mi mente al ver los resultados de la
comparación de los promedios.
En
mi opinión, es bueno y necesario que haya una ventaja de mi parte con los
alumnos, puesto que implica la posibilidad de que los alumnos aprendan y
aprovechen esta diferencia entre los perfiles, pero
revisando los promedios, creo que aún no es suficiente; debo de mejorar
y trabajar durante toda mi carrera para adquirir la mayor experiencia posible, puesto
que de ello depende mi crecimiento profesional y personal. Aún me queda mucho
tiempo y camino que recorrer como docente de secundaria, pero pretendo aprovechar
los conocimientos y herramientas que me proporciona la escuela para lograrlo.
También debo de reconocer y aceptar tanto mis fortalezas, como mis debilidades.
Dentro
de mis fortalezas están la responsabilidad, la puntualidad, la creatividad, el
compromiso, la comprensión lectora, redacción, trabajo en equipo, etc. Pero en
lo que más me debo enfocar es en mis debilidades, como la impaciencia, falta de
imposición de autoridad, falta de un buen hábito de la lectura, no conozco muy bien las bases legales y
organizativas del sistema, poco dominio de actividades, dinámicas y didácticas,
etc.
Debo
fijarme metas para mejorar estos aspectos y ya no verlos como debilidades, sino
como desafíos a superar para motivarme, el desarrollo de estas competencias y
el progreso que tenga en ellas me permitirá crecer en el aspecto personal, pero
sobre todo, en el aspecto profesional, lo que significará el mejoramiento de la
calidad de la educación que yo pueda brindarles a los alumnos y esto repercutirá
en su crecimiento intelectual y su auto superación.
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